PAGANINI – CAPRICHO Nº 10

Captura de pantalla (31)Musicalmente, este capricho se nos puede personificar bajo un carácter más pícaro, pillín, indiscreto, entusiasta y, sobre todo, muy juguetón (o scherzando, como se diría técnicamente en italiano). Su emotividad y evocación es bastante palpable en este caso. Su carácter tan fino, tan pequeño y cuasi frágil contrasta con la dificultad y técnica que, no obstante, hay que tener lograda para poder ejecutarlo con total libertad, libertad que solo se le puede otorgar una vez dominada toda la parte virtuosa.

Compuesto en Si bemol Mayor, el carácter tan gracioso y ágil que posee esta obra es conseguida gracias a los juegos constantes de preguntas y respuestas entre las notas picadas y ejecutadas en trino y los cambios agudo-graves bruscos de la primera y cuarta cuerda, otorgando un dinamismo apreciable y brillante.

Destacable es, desde mi punto de vista musical, el breve pero intenso juego que realizan las alteraciones en esta obra. En las octavas, el paso de las notas alteradas (mediante bemoles) a volverse naturales gracias al uso de becuadres y, de nuevo bemoles, siendo éste un esquema que se repite constantemente, aporta a esta pieza pequeños momentos de fugaz brillantez e incluso «fantasía» muscial, dándonos pequeños regalitos dentro del regalo general que es toda esta pieza completa.

La partitura completa en PDF, obtenida desde El Atril, se puede descargar aquí:

Paganini – Capricho Nº 10

El violinista Alexander Markov, gran huésped ya de las interpretaciones de estos caprichos en Preludio Della Cadenza, efectúa esta obra con tal maestría que incluso la cámara parece situarse desde una postura más baja para poder observar con detenimiento la grandeza de sus movimientos y expresiones:

Alexander Markov plays Paganini Caprice Nº 10

Deja un comentario