PAGANINI – CAPRICHO Nº 12

Captura de pantalla (33)Éste es, quizá con bastante diferencia, el capricho más «estudioso» de todos los expuestos. Esto es debido, principalmente, a que su partitura al completo posee un carácter de estudio violinístico típico de todas las escuelas de enseñanza de este instrumento.

Escrito en La bemol Mayor, presenta una estructura rítmica igual a lo largo de toda la partitura. Se caracteriza por tener grupos de cuatro semicorcheas que se van sucediendo en un obstinado igual de octavas en la mayoría de las veces, presentando descensos o intervalos de quintas y sextas también en algunas de las ocasiones.

El aspecto que más destaca de esta obra es la rapidez con la que debe de ser ejecutada, siendo una buena interpretación aquella que logra crear la sensación de que los grupos de semicorcheas se funden, comenzando entonces a sonar como si solo se hubiera tocado una nota antes de pasar al siguiente grupo de figuras.

La partitura completa, obtenida desde El Atril, se puede obtener en PDF en:

Paganini Capricho Nº 12

El violinista italoestadounidense, Ruggiero Ricci, conocido principalmente por sus grabaciones de las obras de Paganini, realizó esta gran interpretación de este capricho:

Ruggiero Ricci plays Paganini Caprice Nº 12

PAGANINI – CAPRICHO Nº 11

Captura de pantalla (32)Este capricho, compuesto en Do mayor, posee un nivel de complejidad, a priori, quizá inferior al de los caprichos vistos anteriormente, no solo por poseer una armadura libre de alteraciones, sino también por presentar un ritmo algo más «claro» técnicamente que los anteriores.

Para empezar, esta obra se divide en dos partes bien diferenciadas distribuidas bajo una estructura A-B-A. La primera de ellas, la correspondiente a la A, es un andante donde destacan las dobles cuerdas de figuras diferentes, siendo la negra junto a las corcheas las más empleadas en esta ocasión. La introducción de todas ellas se realiza mediante un acorde efectuado en triples cuerdas.

Por otro lado, la parte correspondiente a B es un presto donde se observa un ritmo repetitivo pero más dinámico, proporcionado principalmente no por la sucesión de semicorcheas en escalas ascendentes y descendentes, sino por la conjugación de semicorchea con puntillo seguida de fusa.

Finalmente, en los últimos dos pentagramas se vuelve a repetir la estructura A del primer tempo andante, concluyendo esta partitura con ese juego circular, dando bastante sentido conclusivo a la obra.

La partitura, obtenida desde El Atril, se puede descargar en PDF en:

Paganini – Capricho Nº 11

El mismo protagonista que muchas de las entradas anteriores, Alexander Markov, ofrece una interpretación de esta obra:

Alexander Markov plays Paganini Carpice Nº 11

PAGANINI – CAPRICHO Nº 10

Captura de pantalla (31)Musicalmente, este capricho se nos puede personificar bajo un carácter más pícaro, pillín, indiscreto, entusiasta y, sobre todo, muy juguetón (o scherzando, como se diría técnicamente en italiano). Su emotividad y evocación es bastante palpable en este caso. Su carácter tan fino, tan pequeño y cuasi frágil contrasta con la dificultad y técnica que, no obstante, hay que tener lograda para poder ejecutarlo con total libertad, libertad que solo se le puede otorgar una vez dominada toda la parte virtuosa.

Compuesto en Si bemol Mayor, el carácter tan gracioso y ágil que posee esta obra es conseguida gracias a los juegos constantes de preguntas y respuestas entre las notas picadas y ejecutadas en trino y los cambios agudo-graves bruscos de la primera y cuarta cuerda, otorgando un dinamismo apreciable y brillante.

Destacable es, desde mi punto de vista musical, el breve pero intenso juego que realizan las alteraciones en esta obra. En las octavas, el paso de las notas alteradas (mediante bemoles) a volverse naturales gracias al uso de becuadres y, de nuevo bemoles, siendo éste un esquema que se repite constantemente, aporta a esta pieza pequeños momentos de fugaz brillantez e incluso «fantasía» muscial, dándonos pequeños regalitos dentro del regalo general que es toda esta pieza completa.

La partitura completa en PDF, obtenida desde El Atril, se puede descargar aquí:

Paganini – Capricho Nº 10

El violinista Alexander Markov, gran huésped ya de las interpretaciones de estos caprichos en Preludio Della Cadenza, efectúa esta obra con tal maestría que incluso la cámara parece situarse desde una postura más baja para poder observar con detenimiento la grandeza de sus movimientos y expresiones:

Alexander Markov plays Paganini Caprice Nº 10

PAGANINI – CAPRICHO Nº 9

9Llegamos a uno de los caprichos más duros y técnicamente «imposibles» de toda la colección que nos legó Paganini. Su composición ya denota el grado de dificultad al que nos enfrentamos observando el tipo de armadura que posee: Mi Mayor. Cuatro sostenidos son los que coronan la conjunción de dobles cuerdas con semicorcheas ligadas y picadas, acordes en triples cuerdas, arcadas en la misma dirección también con dobles cuerdas, fusas con stacatto…

La agudeza y rapidez de su ejecución hace que la mano izquierda deba situarse con maestría en cada una de las notas y anticiparse a los innumerables golpes que debe dar el arco para dar esa sensación de agilidad que merece este capricho. Una vez más, Paganini volvió a demostrar a su época cómo era capaz de sobrepasar los límites de la técnica y el virtuosismo regalando una de las obras más difíciles del repertorio para violín.

La partitura en PDF, obtenida desde la página El Atril, se puede descargar en:

Paganini Caprice Nº 9

Además, el gran maestro Alexander Markov nos dejó, en su concierto en conmemoración a todos los caprichos de Niccoló Paganini, esta gran interpretación del número 9:

Alexander Markov plays Paganini Caprice Nº 9

PAGANINI – CAPRICHO Nº 8

Captura de pantalla (2)En esta ocasión, como venía ocurriendo en orden, toca la composición número 8 de esa serie de caprichos que compuso Paganini entre 1801 y 1807. Éste, escrito en Mi bemol Mayor, supone, desde mi propia opinión, un pequeño descanso y suspiro a todos los caprichos que había realizado anteriormente. Esta tranquilidad reside en que, en este caso, la partitura no presenta el grado de complejidad técnica del resto de obras, aunque su musicalidad no pierde ni un ápice de sus antecesoras.

Los fragmentos de blancas en dobles cuerdas empleando la sonorización de las octavas, junto a la combinación de redondas con un ritmo de semicorcheas acompañándolas al mismo tiempo, hace que, efectivamente, su grado de complejidad no sea inmenso pero ello no deja ni quita que la obra en sí sea tan musical, directa e interesante como el resto de las mismas tratadas en entradas anteriores.

Obtenida de la página El Atril, la partitura completa en PDF se puede descargar en:

Capricho Nº 8 – Paganini

Una gran interpretación la podemos encontrar de manos de Shlomo Mintz a través de este vídeo tan aurático y evocador:

Shlomo Mintz plays Paganini Caprice Nº 8

PAGANINI – CAPRICHO Nº 7

caprice 7

La siguiente pieza magistral de Paganini es su capricho Nº 7, compuesto en La menor. La principal característica de esta obra es que se divide en dos partes diferenciadas: la primera lo conforman los 31 primeros compases, ejetucados dos veces debido al signo de repetición del final. Posee un juego de dobles cuerdas, la mayoría de octavas, junto a fragmentos donde la respuesta de las fusas picadas, ligadas o sueltas, en intervalos de tercera, le terminan de dar ese carácter tan dinámico y, sobre todo, virtuoso, que da nombre y personalidad a esta primera parte.

La segunda parte, parte habiéndose de hacer por vez doble, juega un poco más con esos elementos expuestos anteriormente pero en este caso la predominancia la poseen las fusas, todas ligadas y en spicatto. Tanto al principio como al final de todos los compases de esta parte se pueden apreciar golpes ligados de dos en dos de corcheas principalmente en dobles cuerdas, dándole dinamismo a la par que fuerza y sorpresa.

La partitura descargada en PDF de este capricho se puede obtener en:

Paganini – Capricho Nº 7

La misma ha sido obtenida a través de la página web: Violin Sheet Music

Para poder apreciar en plenitud esta obra y que no quede solo en la mente del espectador, Itzhak Perlman nos ofrece una de las interpretaciones más virtuosas de esta pieza.

Itzhak Perlman plays Paganini Caprice Nº 7