PAGANINI – CAPRICHO Nº 8

Captura de pantalla (2)En esta ocasión, como venía ocurriendo en orden, toca la composición número 8 de esa serie de caprichos que compuso Paganini entre 1801 y 1807. Éste, escrito en Mi bemol Mayor, supone, desde mi propia opinión, un pequeño descanso y suspiro a todos los caprichos que había realizado anteriormente. Esta tranquilidad reside en que, en este caso, la partitura no presenta el grado de complejidad técnica del resto de obras, aunque su musicalidad no pierde ni un ápice de sus antecesoras.

Los fragmentos de blancas en dobles cuerdas empleando la sonorización de las octavas, junto a la combinación de redondas con un ritmo de semicorcheas acompañándolas al mismo tiempo, hace que, efectivamente, su grado de complejidad no sea inmenso pero ello no deja ni quita que la obra en sí sea tan musical, directa e interesante como el resto de las mismas tratadas en entradas anteriores.

Obtenida de la página El Atril, la partitura completa en PDF se puede descargar en:

Capricho Nº 8 – Paganini

Una gran interpretación la podemos encontrar de manos de Shlomo Mintz a través de este vídeo tan aurático y evocador:

Shlomo Mintz plays Paganini Caprice Nº 8

PAGANINI – CAPRICHO Nº 7

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La siguiente pieza magistral de Paganini es su capricho Nº 7, compuesto en La menor. La principal característica de esta obra es que se divide en dos partes diferenciadas: la primera lo conforman los 31 primeros compases, ejetucados dos veces debido al signo de repetición del final. Posee un juego de dobles cuerdas, la mayoría de octavas, junto a fragmentos donde la respuesta de las fusas picadas, ligadas o sueltas, en intervalos de tercera, le terminan de dar ese carácter tan dinámico y, sobre todo, virtuoso, que da nombre y personalidad a esta primera parte.

La segunda parte, parte habiéndose de hacer por vez doble, juega un poco más con esos elementos expuestos anteriormente pero en este caso la predominancia la poseen las fusas, todas ligadas y en spicatto. Tanto al principio como al final de todos los compases de esta parte se pueden apreciar golpes ligados de dos en dos de corcheas principalmente en dobles cuerdas, dándole dinamismo a la par que fuerza y sorpresa.

La partitura descargada en PDF de este capricho se puede obtener en:

Paganini – Capricho Nº 7

La misma ha sido obtenida a través de la página web: Violin Sheet Music

Para poder apreciar en plenitud esta obra y que no quede solo en la mente del espectador, Itzhak Perlman nos ofrece una de las interpretaciones más virtuosas de esta pieza.

Itzhak Perlman plays Paganini Caprice Nº 7

PAGANINI – CAPRICHO Nº 6

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Llegamos a uno de los caprichos con una de las melodías y notas más extrañas de los que podamos hallar. La sucesión continua e imparable de las semifusas en dobles cuerdas con el resto de figuras, como las negras con puntillo o las corcheas, conforman un ritmo que, en definitiva, es repetitivo e igual a lo largo de toda la composición y que parece bastante un estudio para mano izquierda en el que abarcar en todo el arco posible el mayor número notas que se permitan en una sola pasada.

Quizá, musicalmente hablando, este capricho no sea el más atrayente, aunque, referido a la técnica de ambas manos y al control a la hora de acaparar el mayor número notas posibles en el fragmento de arco correspondiente, se trata de una gran obra para poder practicar y desarrollar gran técnica en ambas manos. Por ende, requiere de bastante control por parte de su intérprete, el cuál debe tomar gran conciencia de manejo y coordinación entre ambas manos.

Se encuentra escrito en la tonalidad de Sol menor.

Obtenido de la página web El Atril, la partitura completa de esta obra para descargar en PDF se puede encontrar en:

Capricho Nº 6 – Paganini

Además, podemos encontrar una de las grandes interpretaciones que se han hecho de esta pieza, devenida de manos del ya reconocido en este blog, Alexander Markov:

Alexander Markov plays Paganini Caprice Nº 6

PAGANINI – CAPRICHO Nº 5

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Llegamos a uno de los caprichos más impactantes y magníficos de Paganini. Escrito en La menor, asistimos a todo un festín de escalas y arpegios compuestos en esa tonalidad, siendo la escala de La menor la dominante en todo el momento durante la ejecución de esta obra.

Tras un comienzo de arpegios de La menor, el último pentagrama de la primera parte finaliza con una escala armónica dispuesta también en dicha tonalidad, acabando con un acorde de 5ª (dominante), 3ª (modal) y 1ª (tónica) en cuerdas triples.

Tras esa ejecución, el compositor nos ha querido brindar con una sucesión de corcheas donde destaca que, en la versión original de la partitura, se hallaban tres semicorcheas ligadas en stacatto y una semicorchea suelta, siendo esta forma de tocar la más difícil de todas. Por ello, la gran mayoría de los intérpretes, a pesar del virtuosismo que derrochan al tocar esta pieza, prefieren optar por realizar los golpes de arcos y ligaduras en esa parte de diferentes maneras a esa original.

No obstante, el violinista Ning Feng se atrevió a interpretar esta obra conforme a lo establecido en la partitura que Paganini dispuso:

Ning Feng plays Paganini Caprice Nº 5 with the original bown

La partitura de esta obra se puede descargar en PDF en el siguiente enlace:

Paganini – Capricho Nº 5

La página de la que se ha obtenido es El Atril

PAGANINI – CAPRICHO Nº 4

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Llegamos al que puede considerarse como el capricho de Paganini más difícil de los mostrados hasta ahora: el Capricho Nº 4 para solo de violín. En él, el ritmo frenético de semicorcheas y fusas conjugado con diversas dobles cuerdas hacen que su ejecución requiera de una gran maestría ante el instrumento.

Se encuentra compuesto en la tonalidad de Do menor.

La partitura completa de esta composición, obtenida a través de El Atril se puede descargar en:

Capricho Nº 4 – Paganini

Además, encontramos una de las grandes interpretaciones de esta obra de manos de aquel violinista que ya nos enseñaba su maestría en la entrada del capricho Nº 1: Alexander Markov.

Alexander Markov plays Paganini Caprice Nº 4

PAGANINI – CAPRICHO Nº 3

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Continuando con este recorrido por las diferentes obras que Paganini compuso durante 15 años, llegamos al número 3. Con tonalidad en Mi menor, esta obra añade un elemento de imperiosa dificultad justo al comienzo de la misma y que se prolonga durante 3 pentagramas seguidos: las dobles cuerdas. No obstante, su ejecución no resulta de extremada dificultad al conocer que las mismas están constituidas como octavas, de tal modo que el sonido forma uno de los intervalos más armoniosos y agradables para el oído.

A continuación, el presto de semicorcheas ligadas hace que el virtuosismo recaiga en la forma de ejecución de los dedos de la mano izquierda, los cuales deben ser capaz de abarcar todas las diferentes notas a una gran velocidad en apenas un pase de arco.

Finalmente, la obra termina de forma cíclica, es decir, volvemos a encontrarnos con esas octavas en dobles cuerdas para finalizar, como bien indica la tonalidad de esta canción, en un unísono de dos notas Mi, dando por concluida esta pieza.

El enlace que descarga el PDF de la obra completa se encuentra en:

Paganini – Capricho Nº 3

La página web de la que se ha obtenido la partitura es El Atril

Una maravillosa interpretación por parte de Shlomo Mintz, grabada en VHS, donde se puede contemplar con facilidad cómo este intérprete ejecuta esta pieza:

Capricho Nº 3 – Shlomo Mintza

Elefante VS hormiga: del legendario Karajan al renovador Dudamel

Dos titanes conductores de orquesta se erigen como dos de los máximos representantes del mundo clásico en nuestros días. Uno ya ha dejado un largo camino a sus espaldas, con huellas profundas e imborrables: Herbert Von Karajan. El otro, viene pisando fuerte, dispuesto a alcanzar al anterior y también dejar su marca allá hasta donde esté dispuesto a llegar: Gustavo Dudamel.

¿Quiénes son ambos?

HERBERT VON KARAJAN

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El arte de dirigir consiste en saber cuándo dejar la batuta para no molestar a la orquesta.

Nacido en Viena en 1908, fue el director de orquesta más importante, prestigioso y mundialmente conocido de todos cuantos han entrado a tomar constancia en la historia. A lo largo de su vida fueron innumerables las grabaciones de conciertos que nos dejó, logrando vender más de 300 millones de discos.

Dirigió a las mejores orquestas, destacando su larga estancia, durante más de 35 años, con la Orquesta Filarmónica de Berlín.

Logró ser la primera persona en grabar un concierto, la Sinfonía Alpina de Strauss, en el considerado primer CD comercializado del mundo. Sobre él ronda la leyenda de ser la primera persona que exigiera la extensión de la duración del disco compacto para poder grabar, sobre 80 minutos, la Sinfonía Nº 9 de Beethoven. No obstante, este hecho es desmentido por investigadores.

Su vida con la política de su tiempo fue turbulenta: vivió durante el mayor apogeo de la posguerra y no estuvo a salvo del nazismo. Tras ser rechazado por Hitler debido a un pequeño fallo que cometió dirigiendo una parte de La flauta mágica de Mozart en uno de los conciertos de gala organizados por Hitler, fue despreciado por éste, teniendo prohibido volver a dirigir en su presencia. Pero, si de algún aspecto en concreto goza la fama política de Karajan, fue por su afiliación al partido nazi, hecho que ha provocado el desconcierto de muchos músicos no solo de la época, sino también de hoy en día, además del rechazo de muchos otros de tocar con él.

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En 1989 la misma tierra que lo vio nacer, Austria, contemplaba ahora su fallecimiento, dejando todo un legado bajo su batuta que pocas orquestas podrán volver a recuperar desde su marcha.

GUSTAVO DUDAMEL

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En mi imaginación, sí, lo recuerdo. Dirigí este concierto, entero, en mi casa. Pero ahora es real.

Nacido en 1981, en Venezuela, Gustavo se ha convertido en el director de orquesta más joven del mundo en triunfar y poder dirigir las mejores orquestas, como la Filarmónica de Los Ángeles. Gracias a la dirección del Concierto Nº4 de Brahams, conduciendo esta misma orquesta, Dudamel recibión un Premio Grammy en 2012.

Ya, desde pequeño, Gustavo quería iniciarse en el mundo de la música a través del violín, único instrumento que sabe tocar con gran técnica y maestría. No obstante, su ingreso y estudio en el arte de la dirección de orquesta, bajo la mano de directores como Rodolfo Saglimbeni, logró despertar en él el deseo irrefutable y profundo de, algún día, llegar a dedicarse de lleno en la dirección de orquestas y poder hacerlo con las mejores del mundo. Su sueño no tardó en llegar y, con apenas 18 años, ya pudo dirigir con la misma complicidad y experiencia que un veterano, la Orquesta Sinfónica Simon Bolívar, siendo apenas una de las primeras de todas las que habrían de venir.

En 2007 logró una de sus más ansiadas aspiraciones: dirigir la Orquesta Filarmónica de Viena, mito entre compositores, instrumentistas y directores de orquesta, protagonista cada año del legendario y apreciado Concierto de Año Nuevo.

Se puede decir, sin duda, que la cantidad de obras que han pasado bajo la batuta de Dudamel son casi incontables, consiguiendo mayor mérito y apreciación el hecho de la corta edad a la que ha ido cosechando este director su camino y logros en el mundo de la dirección orquestal.

Como especial interés en esta parte de la entrada, gusto de exponer uno de los conciertos más maravillosos, míticos, emotivos y perfectos, a mi parecer, de los que he escuchado a lo largo de los años y que, para mayor placer, se encuentra dirigido por el mismo Gustavo Dudamel. Se trata de la deliciosa interpretación, a cargo de la violinista consagrada Hilary Hahn, del bello Concierto para Violín Nº 3 de Mozart, durante la celebración del cumpleaños del entonces Papa Benedicto XVI.

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Mozart Concierto Nº 3 – Interpretado por Hilary Hahn y dirigido por Gustavo Dudamel

La tragedia que nos regaló Bizet

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¿Conoces a Bizet? ¿No? Yo tampoco.

Quizá, hace más de 100 años, los ciudadanos de París, entre sus múltiples paseos rutinarios y quedadas para tomar el café, no hubieran sabido responder a la pregunta anterior, o quizá sus respuestas hubieran sido semejantes a la mostrada anteriormente. ¿Quién era Bizet? ¿Por qué uno de los compositores más aclamados del S.XXI, precursor de las óperas más representadas y aplaudidas de la historia vivió, sin embargo, no solo entre perpetua ignorancia sino también con la eterna carga de innumerables críticas negativas tras él? ¿Hemos cambiado los ciudadanos de ahora? ¿Hemos dejado de reunirnos en Cafés para escribir, en su lugar, en blogs sobre música clásica y ópera un nombre que actualmente todos conocemos? Aunque, si aún anda algún despistado de la música clásica, ¿a quién no le suena la carismática y «españolizada» ópera Carmen?

Todo es debido a que, probablemente, Bizet no estuvo en el lugar adecuado en el momento oportuno. Su lugar se iría construyendo lentamente, tras su muerte, hasta formar todo un imaginario musical donde no es de extrañar que su nombre sea, hoy en día, uno de los más sonados incluso para aquellos que no escuchan música clásica u ópera con asiduidad. También cabe decir que su momento parece, así mismo, ser este, el de nuestros tiempos, el tiempo del olvido para el resto de compositores que sí gozaron de cierta fama en su época y que ahora han desaparecido, al contrario que lo que le ha ocurrido a Bizet.

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Como muchos otros, murió sin conocer su fama. Bizet, talentoso pianista, podría haber explotado su don ante el instrumento de cuerda si así hubiera querido. No obstante, sus representaciones quedaban en la estricta intimidad. Bizet siempre prefirió destacar como compositor y ese deseo, en su época, quedó inacabado. Quizá adormecido, pues lo logró… pero muchos años después de su muerte.

Tras haber compuesto Carmen, el aluvión de críticas no se hizo esperar, no solo por parte del auditorio, sino también por parte de los propios músicos, los cuales obligaban a cambiar las partichelas de sus instrumentos debido a que, algunos pasajes, se tornaban casi «imposibles» para poder ser efectuados con normalidad: armonías inverosímiles, notas extenuantes incluso para las tesituras vocales más descomunales… Sin embargo, dicha ópera es, a día de hoy, una de las más importantes, siendo la segunda ópera más representada en la historia: Ranking 50 óperas más representadas según Operabase

Carmen narra la historia de una joven gitana de Sevilla cuya soltura, picardía y aires burlones hacen que sea, junto a su belleza física, la gitana más deseada por los hombres de toda la zona. Su encanto, honorífico rompecorazones, logra ganarse el de José, un militar que se siente no solo atraído por ella, sino locamente engatusado por el poder que ejerce esta gitana sobre él (como si de una maldición de tomillo se tratara), hasta el punto de querer su cuerpo, su vida y su aliento solo para él, para su ser.

Esta imagen idílica de José se enturbia cuando en su camino se cruza el torero Escarmillo, el mejor diestro de Granada, cuya valentía y hombría logran atraer, por primera vez, el corazón de Carmen, ganándose su amor con apenas un esfuerzo que José, sin embargo, ha tenido que realizar constantemente para ganarse solo su engaño y desprecio.

Por ello, en un arrebato de celos, José decide apuñalar a Carmen y matarla, al igual que se encontraba en ese momento Escarmillo haciendo con un toro, como si ambos hubieran matado a aquel ser que tanto amaban, como si la muerte del otro hubiera supuesto el triunfo de uno mismo.

Esta ópera posee una composición para orquesta donde se intenta emular la tradición musical española al destacar compases de 4 por 4 con figuras de tresillos de semicorchea y percusión de castañuelas, vientos metales y ritmos rápidos que invitan a bailar a modo de zapateado sobre el primer tablao que aparezca. Dicho ritmo puede apreciarse, con gran tenacidad, en la overtura de esta ópera, signo mundial de composición operística:

Overtura – Carmen de Bizet

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Jonas Kaufmann y sus conversaciones con Puccini

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La calidad del canto depende de la calma, de la profundidad de la estabilidad. De estar contento en uno mismo y con uno mismo

¿Quién es Jonas Kaufmann? El nuevo tenor de moda del siglo XXI no solo se está forjando una ostentosa carrera musical desde que cantara en la ópera de Zurich como debut internacional en 2001 sino que, desde hace escasos años, este tenor está construyendo todo un imaginario dentro del mundo de la ópera, cuyos papeles interpretativos ya han pasado desde el erudito existencialista Fausto de Wagner hasta su aplaudido papel de Werther, de Massenet, cúlmen de la tragedia funesta. Kaufmann, que empezó su carrera con, a su propio juicio, vagos conocimientos como músico de voz ligera, ha llegado a interpretar las más conocidas arias que deben figurar en el repertorio clásico de todos los músicos líricos del mundo, sobresaliendo de forma abrumadora mientras maduraba su técnica con piezas como Che gelida manina (La Bohème), Addio fiorito asil (Madame Butterfly) o la bella composición O soave fanciulla, compuesta por Puccini para La Bohème. Destaca su magnífica interpretación junto a la soprano Kristine Opolais. Dicha actuación se puede ver aquí:

O soave fanciulla – Puccini

Hemos mencionado a Puccini pero… ¿quién es este compositor y qué relación exacta ha tenido con Kaufmann? En principio, ninguna. No al menos personal. Puccini, nacido un siglo antes que nuestro tenor, fue un compositor toscano entre cuyas composiciones más famosas y aureadas, como O mio babbino caro Nessum Dorma, sobran las descripciones. La primera, muestra de potencia vocal para las sopranos. La segunda, belleza y carisma dirigida a los tenores. Así, encontramos que Jonas Kaufmann no ha querido quedarse atrás a la hora de interpretar Nessum Dorma y, a pesar de haber estado evitando la interpretación de dicha aria, Kaufmann se lanza a ella y otras más en una commemoración a Puccini en su concierto en Italia en el famoso escenario de la Ópera La Scala Milan, lugar en el que, símplemente, se han estrenado óperas monumentales del repertorio mundial, como Nabucco de Verdi, Norma de Bellini, Turandot o Madame Butterfly, ambas del ya mencionado Puccini.

Fue el 14 de junio de 2015 cuando Kaufmann decidió al fin dar el paso que le subiría a aquel escenario para interpretar un conjunto de arias variadas de Puccini, siempre arropado bajo la batuta de Joche Rieder, director de la orquesta filarmónica Della Scala. Toda crítica que pudiera realizarse sobre su actuación es poca. Su voz, aún con resto del «ligerismo» del que el mismo tenor hablaba en numerosas entrevistas, se amoldó al lugar y logró no solo interpretar con una nitidez y limpiezas casi exactas las diversas arias, sino que, además, su estilismo vocal, su fuerza en los momentos fortes del concierto complimentados con la suavidad de las frases piano hicieron que, al final del concierto, todo un público aplaudiera fervormente, logrando que el tenor recibiera hasta 5 bises en un período de 40 minutos posteriores al final del  concierto.

Desde febrero, se puede apreciar en los cines una película/documental que el director fílmico Brian Large nos ha proporcionado a todos aquellos que no pudimos estar en primicia en el concierto de La Scala, pudiendo además, al comienzo de la misma, degustar de una entrevista personal que se le realiza a Kaufmann sobre su interpretación en sus ya mismo consagradas conversaciones con Puccini.

Jonas Kaufmann – Una noche con Puccini

Bienvenidos a Preludio della Cadenza: el concierto acaba de empezar

La música expresa aquello que no puede decirse con palabras, pero no puede permanecer en silencio.

Esta frase, dictada por el poeta, político, filósofo y escritor Víctor Hugo, inicia este blog donde se abarcará el tema de la música clásica desde todas sus vertientes y estilos, acaparando desde sus primeros pasos de la mano de la propia naturaleza, pasando por sus primeras escrituras desde la pluma y el papiro de Guido D’Arezzo hasta su numeración binaria en los actuales editores de sonido, contemplando desde la primera obra barroca hasta la última composición contemporánea, casi electrónica.

Así, iniciamos un concierto donde las palabras, la poesía, la reflexión, y, sobre todo, el sonido, nos explicarán, con sus golpes de batuta, con los instrumentos afinados, el escenario iluminado y el público en sus butacas, un viaje histórico a través de la música, un viaje donde se pretende que el lector se sienta discurrir por las melodías, clásicas o románticas, antiguas o modernas, que la música, símil del lenguaje de la vida, nos aporta desde el nacimiento mismo de la Tierra.